Mujeres en la Gobernación, una ausencia histórica

por Julieta Gamarra (Kuña Róga)

La Carta Orgánica de las Gobernaciones establece varias obligaciones para el gobierno departamental. Entre ellas, se pueden mencionar el elaborar, aprobar y ejecutar políticas, planes, programas y proyectos, y formular el presupuesto anual de la Gobernación. A su vez, es la persona que ejerce el cargo de gobernador o gobernadora quien debe proponer a la Junta Departamental proyectos y ordenanzas, así como analizar la promulgación o veto de las propuestas por la Junta. Analizando esta y otras funciones, nos preguntamos, ¿la representación de nuestras gobernaciones está dando respuesta a las problemáticas de las mujeres? ¿Somos parte del público al que van dirigidas esas políticas, programas y proyectos, y somos también el foco de esas ordenanzas? ¿Somos tenidas en cuenta en los presupuestos? ¿Son vistas (y visibilizadas) nuestras necesidades? Para estas elecciones, ¿tenemos candidatas mujeres que podrían ser la voz de las mujeres en los departamentos?

En toda la era democrática del país, hubo apenas 3 mujeres gobernadoras: Mirta Mendoza del PLRA (Concepción, 2003), María Cristina Villalba de la ANR (Canindeyú, 2008), y Marlene Ocampos de la ANR (Alto Paraná, 2013). Este bajísimo número, estancado durante tres periodos, sufrió un retroceso al no resultar electa ni una sola mujer gobernadora de los 17 departamentos en las elecciones del 2018.

¿Habrá avances en las elecciones del 30 de abril? Revisar las candidaturas nos ofrece un panorama igualmente preocupante. En los 17 departamentos, hay apenas 15 mujeres candidatas frente a 98 hombres, es decir, tan solo el 13,27%. En el siguiente cuadro puede apreciarse la distribución de las candidaturas. (ver Cuadro 1)

De estas 15 candidatas sólo 3 pertenecen a los principales espacios políticos que disputan el cargo en estas Elecciones (2 ANR y 1 Concertación Nacional), lo que hace pensar que tienen más posibilidades de resultar electas. En los cinco departamentos del sur la situación y la posición de las mujeres no es mejor y posiblemente habrá que esperar otros cinco años para tener siquiera la posibilidad de que una candidata resulte electa.

Urge la reflexión sobre las particulares dificultades históricas que atraviesan las mujeres para llegar al cargo de Gobernadoras: la escasez de candidaturas unipersonales y las barreras que tienen las mujeres para acceder a estos cargos, la falta de apoyos políticos y financieros (claves para sostener una candidatura de este tipo) y los estereotipos y barreras culturales a los que se ven expuestas las candidatas. Urge igualmente aprobar mecanismos legales que promuevan la participación femenina y allanen los obstáculos. Sin duda, la ley de paridad podría ser una herramienta importante ante este escenario en los próximos cinco años.

(publicado originalmente el 14 de abril en el Boletín 4)